12 de diciembre de 2013

¡Mil disculpas!

¿Qué tal, sonrisitas?

Siento haber estado tanto tiempo ausente, pero con el comienzo del curso y las clases no he tenido tiempo de subir ninguna entrada...

Espero de corazón poder subir más relatos y entradas en estas navidades y que el blog pueda seguir activo en el 2014, pero de todos modos aprovecharé para hacer algunos cambios en la fachada ;)

Como veo que a pesar de este parón seguís siendo seguidores del blog, creo que os merecéis al menos ¡un relato nuevo! Por eso subiré uno que tenía pensado subir desde hace tiempo, pero que por unas razones u otras, no ha podido ser.

¿Listos para devolverle al blog su vitalidad?
 


¡Seguid sonriendo!

7 de septiembre de 2013

No encuentro palabras.

A veces el futuro es algo abrumador. Nunca sabes lo que te deparará. Ni siquiera puedes prepararte de antemano porque no sabes por donde vendrán los golpes. Pero a pesar de ello es algo que hay que afrontar; aunque asuste.

Da igual que estés media vida preparándote para volar del nido si luego no tienes donde aterrizar. Ni yo misma he entendido lo que he querido decir con eso. Pero de alguna manera lo entiendo.

Es como esas veces que quieres expresarle a alguien cómo te sientes pero no encuentras las palabras indicadas, como si en realidad esas palabras que tanto necesitas no existieran.

Pues así es como me siento cuando quiero explicar cómo me siento ante el futuro. Sin palabras y temblando de miedo por lo que pueda venir.

25 de agosto de 2013

Un buen libro siempre es un buen compañero.

Ella se siente sola y no encuentra mejor compañía que la de un libro. Ella empieza a leer y no importa el resto del mundo, ella ya se ha sumergido en las páginas del libro. Ella sufre con cada muerte, se emociona con cada victoria y se entristece con cada final.

Ella es capaz de ver más allá de unas letras impresas en papel y vislumbrar un mundo lleno de aventuras e historias. Ella se siente identificada con cada héroe o heroína. Ella ya no se siente tan sola al ver que hay alguien que la entiende, aunque esté en las páginas de un libro.

Ella cierra el libro tras leer la última página y fija la vista al frente para susurrar un «Guau», porque esas páginas le han hecho sentir parte de la historia.

Y tú tienes el valor de llamarle bicho raro.


13 de agosto de 2013

Rimas y poemas.

La entrada de hoy consiste básicamente en unas cuantas rimas y poesías que me encantan desde siempre. Espero que os gusten tanto como a mí ;)

Rima IV

No digáis que, agotado su tesoro,
de asuntos falta, enmudeció la lira;
podrá no haber poetas; pero siempre
habrá poesía.

Mientras las ondas de la luz al beso
palpiten encendidas,
mientras el sol las desgarradas nubes
de fuego y oro vista,
mientras el aire en su regazo lleve
perfumes y armonías,
mientras haya en el mundo primavera,
¡habrá poesía!

Mientras la ciencia a descubrir no alcance
las fuentes de la vida,
y en el mar o en el cielo haya un abismo
que al cálculo resista,
mientras la humanidad siempre avanzando
no sepa a dó camina,
mientras haya un misterio para el hombre,
¡habrá poesía!

Mientras se sienta que se ríe el alma,
sin que los labios rían;
mientras se llore, sin que el llanto acuda
a nublar la pupila;
mientras el corazón y la cabeza
batallando prosigan,
mientras haya esperanzas y recuerdos,
¡habrá poesía!

Mientras haya unos ojos que reflejen
los ojos que los miran,
mientras responda el labio suspirando
al labio que suspira,
mientras sentirse puedan en un beso
dos almas confundidas,
mientras exista una mujer hermosa,
¡habrá poesía!

                                   Gustavo Adolfo Bécquer

A una nariz

  Érase un hombre a una nariz pegado,
érase una nariz superlativa,
érase una nariz sayón y escriba,
érase un peje espada muy barbado.

  Era un reloj de sol mal encarado,
érase una alquitara pensativa,
érase un elefante boca arriba,
era Ovidio Nasón más narizado.

  Érase un espolón de una galera,
érase una pirámide de Egipto,
las doce Tribus de narices era.

  Érase un naricísimo infinito,
muchísimo nariz, nariz tan fiera
que en la cara de Anás fuera delito.

Francisco de Quevedo

Si el hombre pudiera decir lo que ama

Si el hombre pudiera decir lo que ama,
si el hombre pudiera levantar su amor por el cielo
como una nube en la luz;
si como muros que se derrumban,
para saludar la verdad erguida en medio,
pudiera derrumbar su cuerpo,
dejando sólo la verdad de su amor,
la verdad de sí mismo,
que no se llama gloria, fortuna o ambición,
sino amor o deseo,
yo sería aquel que imaginaba;
aquel que con su lengua, sus ojos y sus manos
proclama ante los hombres la verdad ignorada,
la verdad de su amor verdadero.

Libertad no conozco sino la libertad de estar preso en alguien
cuyo nombre no puedo oír sin escalofrío;
alguien por quien me olvido de esta existencia mezquina
por quien el día y la noche son para mí lo que quiera,
y mi cuerpo y espíritu flotan en su cuerpo y espíritu
como leños perdidos que el mar anega o levanta
libremente, con la libertad del amor,
la única libertad que me exalta,
la única libertad por que muero.

Tú justificas mi existencia:
si no te conozco, no he vivido;
si muero sin conocerte, no muero, porque no he vivido.

                                                             Luis Cernuda

Rima XX

Sabe, si alguna vez tus labios rojos 
quema invisible atmósfera abrasada, 
que el alma que hablar puede con los ojos, 
también puede besar con la mirada.

Gustavo Adolfo Bécquer

Rima XXI

¿Qué es poesía?, dices, mientras clavas
en mi pupila tu pupila azul,
¡Qué es poesía! ¿Y tú me lo preguntas?
Poesía... eres tú.

                           Gustavo Adolfo Bécquer

Rima XXIII

Por una mirada, un mundo; 
por una sonrisa, un cielo; 
por un beso... ¡Yo no sé 
qué te diera por un beso!

Gustavo Adolfo Bécquer

Rima XXXIII

Es cuestión de palabras y, no obstante,
ni tú ni yo jamás,
después de lo pasado, convendremos
en quién la culpa está.

¡Lástima que el Amor un diccionario
no tenga donde hallar
cuándo el orgullo es simplemente orgullo
y cuándo es dignidad!

                            Gustavo Adolfo Bécquer
Rima XLIV

Como en un libro abierto 
leo de tus pupilas en el fondo. 
¿A qué fingir el labio 
risas que se desmienten con los ojos?

¡Llora!  No te avergüences 
de confesar que me quisiste un poco. 
¡Llora!  Nadie nos mira. 
Ya ves; yo soy un hombre... y también lloro.

Gustavo Adolfo Bécquer

Rima XXXVIII

Los suspiros son aire y van al aire.
Las lágrimas son agua y van al mar.
Dime, mujer, cuando el amor se olvida,
¿sabes tú adónde va?

                       Gustavo Adolfo Bécquer

Me gustas cuando callas porque estás como ausente

Me gustas cuando callas porque estás como ausente,
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.
Parece que los ojos se te hubieran volado
y parece que un beso te cerrara la boca.

Como todas las cosas están llenas de mi alma
emerges de las cosas, llena del alma mía.
Mariposa de sueño, te pareces a mi alma, 
y te pareces a la palabra melancolía.

Me gustas cuando callas y estás como distante.
Y estás como quejándote, mariposa en arrullo.
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza:
déjame que me calle con el silencio tuyo.

Déjame que te hable también con tu silencio
claro como una lámpara, simple como un anillo.
Eres como la noche, callada y constelada.
Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.

Me gustas cuando callas porque estás como ausente.
Distante y dolorosa como si hubieras muerto.
Una palabra entonces, una sonrisa bastan.
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.

Pablo Neruda


¡Seguid sonriendo!

11 de agosto de 2013

"A un amigo no se le deja tirado. Pase lo que pase."

De repente el único sonido que se oía era el de mi respiración entrecortada. Después de estar lo que me parecieron milenios corriendo y sin poder escuchar ni mis propios pensamientos por el sonido de las bombas cayendo y los fusiles del bando enemigo disparando, este repentino silencio hizo que se me pusieran los pelos de punta.

Por el rabillo del ojo era capaz de ver que éramos pocos los que habíamos conseguido pasar la "primera ronda" de proyectiles. No sé si era agradable o desalentador ver que tus compañeros estaban en el mismo estado que tú; corriendo como alma que lleva el diablo, con el fusil agarrado junto al pecho y con la mirada al frente, muertos de miedo. 

Oí el sonido de más bombas que desgarraban el cielo sin ningún objetivo fijo. Agarré con más fuerza el fusil y eché a correr todo lo que me permitían las fuerzas, rezando porque ninguna de esas bombas fuera a parar justo donde estaba yo. 
Una explosión. A tan solo cincuenta metros de mí.
La primera bomba había caído levantando montones de tierra al impactar, y lo que no era tierra. Pude ver a mi amigo de la infancia salir por los aires con un grito desgarrador.

-¡¡¡Joe!!!-. Grité. La bomba había caído a escasos metros de él con lo que esperé que no le hubiera provocado daños serios. lo menos serios que puede haber en una guerra.

Mi objetivo había cambiado. Ya no era llegar al bando contrario y atacar, ahora era llegar hasta Joe. Más bombas seguían cayendo pero para mí se habían convertido en un murmullo de fondo. Llegué a hasta él y vi que la cosa no tenía buena pinta. Algo le había alcanzado en la pierna. Mejor no entro en detalles del estado de la pierna de Joe.

-No vale la pena, Sam. Es hombre muerto, no hay más que mirarlo. Acabarás muerto tú también como intentes cargar con él.- Era Thomas, uno de los soldados de nuestro batallón. Y tenía razón. Acabaría muerto como intentase llevarlo a cuestas. Pero ver a mi amigo de la infancia tirado en el suelo y retorciéndose de dolor hizo que sacara fuerzas para levantarlo sobre mis hombros. 

Mientras lo intentaba, notaba cómo Joe se retorcía de dolor. ¿Cómo iba a dejarlo allí tirado, muriéndose, cuando por mi cabeza no paraban de pasar recuerdos que habíamos compartido los dos? No, no lo podía dejar.

Continué corriendo, esta vez con el peso de mi compañero añadido. Todo volvió a quedarse en silencio otra vez. Dos silencios ¿Cuántos silencios más sería capaz de escuchar? Cada respiración era como fuego dentro de mis pulmones y con cada paso que daba sentía un millón de agujas clavándose en todos y cada uno de mis músculos.
Estábamos en esta situación por mi culpa. Maldecí el momento en el que decidí alistarme. Sólo era un crío que quería ir al ejército para demostrar que no era un cobarde. Pero sí que lo era, soy un cobarde que fue tan estúpido como para querer ser valiente. Un estúpido que arrastró a su mejor amigo en el intento.

Otra vez volví a escuchar el silbido de las bombas traspasando el cielo y cuando la primera cayó, lo hizo a gran distancia así que deposité a Joe detrás de un montículo para poder recuperar fuerzas.

-Déjalo Sammy, sólo conseguirás que te maten. Sálvate tú que puedes.- le costaba un horror respirar, y mucho más hablar.- Yo ya estoy muerto.
Sus palabras se clavaron en lo más hondo de mí como cuchillas. Era incapaz de asimilar lo que me decía. 

No podía dejarle y tampoco quería. Yo le había arrastrado hasta aquí y yo le iba a sacar. Pero hice lo peor que podía haber hecho; comprobar el estado de su pierna. Esta fatal, peor que fatal, esa palabra se le quedaba corta. Estaba seguro de que si sobrevivíamos le tendrían que cortar la pierna. 
Pero estaría vivo.

-No digas chorradas Joe, no pienso dejarte tirado.-Por fin conseguí apartar la mirada de su pierna y mirarle a los ojos.- A un amigo no se le deja tirado ¿Me has entendido?- dije, poniendo mi mano en su hombro.-Pase lo que pase. Y menos a un amigo como tú.- Sin poder evitarlo los dos esbozamos una sonrisa.
-Entendido.
-Mira, yo te arrastré hasta aquí, así que si no volvemos los dos, no volvemos ninguno ¿Te ha quedado claro o te hago un croquis?
Las bombas seguían cayendo y parecía que hubieran pasado años desde que estuviéramos en casa. Pero en ese preciso instante quería creer que volveríamos a estar allí.
-Ha quedado clarísimo.-Dijo, esbozando esa sonrisa suya de medio lado.
-Pues mueve el culo que tenemos una guerra que ganar.- Le guiñe un ojo.
Le tendí mi mano. Él la agarró.


10 de agosto de 2013

Cambios.

Es curioso ver cómo cambian las cosas en tan poco tiempo. Lo peor es que con el día a día no notas ese cambio, es cuando echas la vista atrás y te das cuenta de lo diferente que eran las cosas.

Incluso tú mismo cambias.

Yo siempre he dicho que para ver todo lo que hemos cambiado hace falta consultar un álbum de fotos. compara una foto antigua, con una tuya de ahora. No hace falta que se sea de cuando tuvieras cinco años, con una foto del año pasado basta. En un solo año eres capaz de parecer una persona diferente, pero que no deja de ser la misma.

Cuando ves que todo es distinto, empiezas a extrañar pequeñas cosas que en su momento no aprovechaste. pero aun así hay recuerdos que, aunque no se vuelvan a repetir, cuando los rememoras te sacan una sonrisa.
Incluso si te sacan una lágrima también son buenos, porque gracias a ellos puedes evitar volver a hacer lo mismo mal.

Las cosas cambian, y las personas también. Supongo que esa es la razón por las que algunas permanecen en tu vida hasta el final y otras salen y entran.


9 de agosto de 2013

Otro premio

No consigo creérmelo... ¡Otro premio! Es increíble muchísimas gracias, de verdad. Agradecerle sobretodo a María del blog Lost in my universe por haberme nominado.


Pues este premio consiste en:
   -Contar 5 mentiras.
   -Contestar las 5 preguntas que te haga el blog que te nominó.
   -Nominar a 5 blogs.
   -Hacer 5 preguntas a los blogs nominados.

Mis cinco mentiras:

1. No me gusta para nada bailar.
2. Prefiero mil veces la película al libro.
3. Adoro la sintaxis.
4. ¡Primavera cuanto te quiero!
5. No soporto la música.

Preguntas a las que tengo que responder:
   - ¿Cuál es el lugar al que más lejos has viajado?: pues yo creo que fue a Bruselas. Me encantaría repetir ese viaje *0*
   - ¿Playa o montaña?: Uf es una difícil decisión, pero creo que playita ^^
   - ¿Has ido a algún concierto? Si es que sí, ¿de quién?: No, no me llaman mucho la atención.
   - ¿Qué es lo que más te gusta hacer?: Pues o bailar, dibujar, escribir, leer... ¿tengo que elegir? >.< 
   - ¿Cuál es tu color favorito? (No tienes que decir el color, sino algo relacionado con él): Mmmmm digamos que el cielo (?)

Y estas son las preguntas que hago yo:

.- ¿Qué tipo de música escuchas normalmente?
.- ¿Cuál sería tu regalo perfecto?
.- ¿Playa o piscina?
.- ¿Fan de las películas o los libros?
.- Di una palabra que te defina.

Y aquí los nominados *redoble de tambor*...
¡CHAAAAAAAAAN!


¡Seguíd sonriendo!


8 de agosto de 2013

¡Sorry!

¡Perdón por este parón en el blog! Siento haber estado tan ausente últimamente, pero digamos que me he tomado mis propias vacaciones respecto al blog, aunque eso tampoco sería del todo cierto ya que mi imaginación escasea últimamente y con eso de que por aquí estamos en verano y me domina la pereza, no he tocado el ordenador.
Así que vuelvo a pedir disculpas por esta ausencia y prometo que pronto (espero que sea mañana >.<) además aprovecharé para cambiar algunas cosillas en el blog.
Veo que hay unos cuantos seguidores nuevos así que ¡bienvenidos! espero que no os decepcione darle al botón de "seguir" ;)

PD: si queréis que hable de algo más en el blog podéis poner ideas en los comentarios, os lo agradecería muchisisisimo.

¡Recordad seguir sonriendo!


5 de julio de 2013

¿Enviar o no enviar?


Hola. Ya sé que apenas hemos hablado, y que posiblemente ni te acuerdes de mi nombre, pero necesito decirte esto: te quiero.

¿Lo envío o no lo envío? ¿Qué hago? No sé qué hacer, y ya llevo toda la semana así y creí que ya había decidido enviárselo... Pero ahora me asaltan las dudas. ¿Y si me manda a paseo? ¿Y si decide no volver a hablarme nunca más? ¿Y si...?

¡Malditas dudas! Tal vez si se lo dijera a la cara me atrevería... Pero no lo creo, además me parece que ya se ha ido de vacaciones. Si se lo quiero decir ya tendrá que ser por internet. Pero es que me da miedo que deje de hablarme. Aunque por otro lado, ¿y si me corresponde?

Pongo el ratón sobre la pequeña cajita que pone Enviar pero no me atrevo a apretar el botón. Las dudas se amontonan en mi cabeza pero no puedo apartar las a un lado y pensar con claridad. Tal vez decir "te quiero" sea exagerado así que decido cambiar el mensaje.

Hey! que tal? mira, ya sé que te sonará raro ya que hemos hablado poco a lo largo del curso pero, sólo quería decirte que me gustas.

Paro de teclear. Sí, yo creo que así está mejor. Tal vez si solo le digo que me gusta no me dejará de hablar y pensará que es algo pasajero. Vuelvo a poner el ratón sobre Enviar y sin pensármelo dos veces le doy al botón. Ya está. Ya lo he hecho.

Un mensaje. Vale, me acaba de responder...

Vale.

"Vale" ¡¿Pero cómo que "vale"?! Osea que me acabo de declarar y me responde un mísero "Vale". Me entran ganas de romper cosas, y gritar, y... Otro mensaje

Oye me gustaría hablar de esto contigo. ¿te apetece que quedemos la semana que viene? Es cuando llego de vacaciones.

Vale, está bien. Ya quedamos y eso.

Okay.

Y ahora quiere quedar... Yo no entiendo nada. Decido dejar de darle vueltas, ya se verá todo más tarde. Me paso toda intentando leer mi libro favorito pero nada, mi mente sigue volviendo a esos mensajes y con lo cual no me estoy enterando de nada de lo que pasa en el libro. 

Ahora mismo parezco un animal enjaulado, dando vueltas por toda la casa y mirando a cada minuto el móvil. Justo cuando pensaba que lo mejor era apagar el móvil, recibo un mensaje.

Hola. Lo siento, pensaba esperar a decírtelo en persona, pero no puedo esperar. Tú también me gustas.

Y es en ese momento, cuando sin poder evitarlo, es mensaje me saca una sonrisa.


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Este fue el relato con el tema que elegisteis: amor. Espero que os haya gustado, no se si es el tipo de relato que estabais esperando pero es el que se me ha ocurrido. Siento haber tardado en subirlo, pero cada vez que me ponía a escribir la entrada no se me ocurría nada, o lo poco que escribía no me gustaba nada y lo borraba otra vez. ¡Espero que os haya gustado!


2 de julio de 2013

¡Premios!

A lo largo de un mes, más o menos, he recibido tres premios... ¡Tres premios! sigo sin creérmelo de verdad
:´) no imaginaba que le gustara a la gente mi blog como para darme un premio. Pero vamos al lío.
Pondré primero los blogs premiados porque la entrada es bastante larga y así si queréis no tenéis que leerla entera:




Nota: Los blogs que acabo de nombrar reciben el premio "One lovely blog", lo sé he hecho un remix de premios (se entiende si ves las reglas de cada premio) pero no conozco a tantos blogs y este premio lo he recibido dos veces.

Voy a empezar por el premio más reciente, el premio "Liebster Award" concedido por Kuroneko de -Dentro de un Corazón-


1) ¿Cuál de tus relatos es al que le tienes más apego?
Puf, la verdad es que son unos cuantos a los que les tengo cariño. Yo diría que Me enamoré de una silueta tiene un sitio importante en mi corazón, pero lo mismo podría decir de Último aliento.

2) ¿Alguna vez escribiste un relato que luego  convertiste en novela?
Pues la verdad es que sí, fue un relato que hice para el colegio, y como me gustó el hilo que llevaba decidí aventurarme y convertirlo en novela, pero anoté todo lo que escribí en un pequeño cuaderno pero mi madre lo tiró por accidente...

3)¿te pasó de escribir algo de lo que te enorgulleciste luego? 
No estoy muy segura de ello, ya que he escrito varios relatos y me han parecido buenos en su momento, pero creo que tanto como para enorgullecerme, no.

4)¿A quién le muestras tus escritos?
Normalmente suele ser a mi mejor amiga y me dice qué le han parecido, incluso me hace alguna crítica.

5)¿La cosa más linda que pueda hacer alguien por ti?
Pues, yo creo que demostrarme que es capaz de estar a mi lado en las buenas y en las malas, considero que eso es algo que pocos hacen.

Segundo premio. Es el premio  "One lovely blog", otorgado por María de Lost in my universe


Reglas:
-Nombrar y agradecer al blog que te ha concedido la nominación.
-Hacerte seguidor del blog que te nominó.
-Responder a las 11 preguntas que te formulen.
-Conceder el premio a 11 blogs con pocos seguidores.
-Hacer 11 preguntas.
-Informar a los 11 blogs nominados.

Estas son las preguntas que me han hecho:

-¿Qué tres cosas te llevarías a una isla desierta? (no vale comida, agua ni ropa... allí hay xD)
Mmmmm, difícil decisión, pero la primera cosa que me llevaría sería mi libro favorito, Triada (segunda parte de Memorias de Idhún de Laura Gallego). La segunda cosa sería mis puntas de ballet, ya que no sé vivir sin ellas jaja. Y la tercera sería una Bola 8 a la que le tengo bastante cariño.

-¿Cuál sería tu lugar ideal para perderte?
El parque el Retiro (Madrid). ¡Adoro ese sitio! creo que me lo conozco de arriba a abajo, con lo cual no sé si es ideal para perderme xD.

-¿Prefieres los días lluviosos o soleados?
Pues yo creo que los soleados, ya que puedes hacer bastantes cosas al aire libre, aunque los días lluviosos tienen su punto.

-¿Qué es lo que más te gusta hacer en tu tiempo libre?
Básicamente leer, aunque también suelo patinar, y no tan a menudo bailar y dibujar.

-¿Alguna vez has metido tanto la pata que piensas "tierra, trágame"? (si es que sí, tienes que decir qué te pasó)
Sí..., fue hace unos años: invité a una chica de mi edificio a que viniera a mi casa con su perro, entonces cerró la puerta de su casa y cuando llegamos a la mía  mi madre se puso furiosa ya que la madre de la otra chica no estaba en casa (mi amiga no tenía las llaves, se las había dejado dentro) y mi madre tenía que aguantar al perro hasta que llegara la madre de mi amiga. Fueron las peores dos horas de mi vida.

-¿Cuál es tu libro favorito?
Como ya he dicho arriba, Triada (segunda parte de Memorias de Idhún de Laura Gallego)

-Si tuvieras la oportunidad de ir a cualquier parte del mundo, ¿adónde irías?
Puff, pues a ver, sé que suena típico pero iría a Nueva York o a Londres, aunque me decantaría más por lo primero ya que tengo menos probabilidades de ir. y es un sitio al que le tengo muchas ganas porque he oído hablar un montón de él.

-¿Cuántas horas, más o menos, estás con el ordenador?
Yo creo que entre unas dos o tres, depende del día, porque hay días en los que no estoy para nada con el ordenador, y otros en los que me tiro bastante. 

-¿Qué es lo que mejor se te da hacer?
Sinceramente, bailar, aunque no sea de las mejores.

-¿Qué estación del año es tu favorita?
VERANO, me en-can-ta, adoro esa estación.

-¿Quién es la persona más loca que conoces?
Clarísimamente mi amiga Ana. La conozco desde que tenía cuatro años y sin duda es la persona más loca (en el buen sentido, claro) que conozco.


El tercer premio también es "One Lovely Blog" pero esta vez dado por Fabiola Camanera de Searching My Place


Como ya puse arriba las reglas, pasaré directamente a las preguntas.

-¿Cuál es tu libro favorito y por qué?
Bueno mi libro favorito es Triada (segunda parte de Memorias de Idhún de Laura Gallego) porque en ese libro es cuando empiezas a descubrir el mundo que encierra a la par que los personajes.

-¿Qué ha sido tu inspiración para empezar a escribir?
Creo que es obvio ( al menos en mí), la lectura; quería poder escribir historias que atraparan a la gente.

-Si tuvieras que describirte en una sola palabra, ¿cuál sería?
Amable.

-¿Qué consideras indispensable para ti en un día cualquiera?
La música. Me siento muy rara si paso todo un día sin escucharla.

-¿Hay alguna canción a la que le guardes un cariño especial?
Sip, es Hey dear Delilah de Plain White T's.

-Para ti ¿quién es la persona más especial en el mundo?
Puf, realmente es que hay unas pocas personas que son especiales para mí y como no puedo elegir, no sé responder :S

-¿Tienes algún hobbie?
Siiii, por tener tengo bastantes jaja, aunque principalmente son bailar escribir, dibujar y patinar.

-¿Cuál es tu lugar ideal para vivir?
Lo tengo claro, para mi es la isla de La Palma (Canarias)

-¿Qué significa para ti "estar vivo"?
Eso lo puse en un relato hace poco: "Vivir no es sólo sobrevivir, es disfrutar de cada pequeña sensación que te hace sentir vivo." Creo que eso explica lo que significa para mí "estar vivo"

-Si tuvieras la oportunidad de conocer a una personalidad, ¿A quién sería?
Entendiendo por personalidad a alguna persona famosa, sería a Javier Ruescas (escritor) que aunque no es muy famoso, me encanta como escribe y me parece muy simpático en sus presentaciones y Vlogs.

-¿Te gustaría seguir escribiendo cuando seas grande?
¡Claro que sí! el escribir es algo que no tengo pensado abandonar.


¡Pues hasta aquí los premios! espero que os hayan gustado mis respuestas. A continuación pondré las respuestas que tendrán que contestar los blogs nominados:

  1. ¿Tienes algún objeto con un gran valor sentimental para ti? Si es así, ¿cuál?
  2. ¿Qué países del mundo te gustaría visitar?
  3. ¿Por qué empezaste a escribir tu blog?
  4. ¿Libro favorito?
  5. Si tuvieras que elegir una canción para escucharla (sólo esa) el resto de tu vida, ¿cuál sería?
  6. Te gustaría que en un futuro escribieras un libro y te lo publicaran?
  7. ¿Qué es lo que más te gusta en el mundo?
  8. ¿Lugar favorito?
  9. ¿Qué prefieres; playa o montaña?
  10. Pide tres deseos ( No me hago responsable de si se cumplen o no jejeje)
  11. ¿Hay algo o alguien sin el que  no puedas vivir?
Espero que os haya gustado, y sobretodo agradecer a Kuroneko, María y Fabiola Camanera porr haberme dado esos premios ¡Muchas gracias, de verdad!

¡Sonreid cada día!











1 de julio de 2013

Resultados de la encuesta.

Hace una semana o así puse una encuesta sobre qué tipo de relato queríais, y entre las cuatro opciones que puse (amor, realidad, problemas, triste) ha ganado el tema de amor, ¡así que en los próximos días subiré un relato de este tema!

Tardaré un poquito más de lo habitual ya que se me han ido acumulando muchas cosas en el blog :$ Espero que os guste (en este me esforzaré más que con los otros ya que es la opción que habéis elegido ;)) y perdón si tardo en subirlo, últimamente ando algo carente de imaginación >.<

¡Seguid sonriendo!


29 de junio de 2013

Vivir no es sólo sobrevivir.

Últimamente me ha dado por pensar, y eso es raro. Veo a toda esa gente caminando por la calle, dirigiéndose hacia su trabajo, pendiente de la rutina. No disfrutan el día a día. No quiero verme en un futuro igual que ellos. No quiero que en eso consista mi vida: trabajo y rutina.

¿Es para eso para lo que nos educan? Desde pequeños nos dicen que tenemos que prepararnos bien para el futuro. Nadie te dice lo que viene nada más echar a volar. Pueden contártelo de mil maneras diferentes, pero no te lo dirán directamente.

Siempre tienes que estar eligiendo entre blanco o negro ¿Por qué no puedo elegir amarillo? Porque aunque sea el color de la mala suerte, también es el color más vivo.Y eso es lo que quiero, sentirme viva.

Veo a esas personas tan inmersas en la rutina, que me llego a preguntar si son conscientes de que están vivas, que hay algo más que el trabajo.

Es aburrido realizar lo mismo todos los días. Y digo "realizar" porque a eso no se le puede llamar vivir. Supongo que ninguna de esas personas que veo por la calle eligió vivir esa rutina, pero en su mano está la decisión de hacer cada día algo especial. Aunque la mayoría no lo haga.

"Prepárate para tu futuro y te irá bien", pero, ¿qué hay de mi presente? Si pienso todo el rato en el futuro no podré disfrutar del ahora. Está bien prepararse para lo que venga y poder llegar a tener una buena vida, pero no sirve de nada si no la vives.

Vivir no es sólo sobrevivir, es disfrutar de cada pequeña sensación que te hace sentir vivo.




27 de junio de 2013

Un día como otro cualquiera.

Me levanto. Son las 8:30, aunque todavía tengo sueño a pesar de haberme acostado "pronto". Hago un gran esfuerzo por salir de la cama, hay muchas cosas por hacer y poco tiempo. ¡Tengo una hora y media escasa!

He decidido que primero voy a desayunar y después me ducho, sigo demasiado somnolienta para una ducha ahora mismo. Ya han pasado los cuarenta segundos del microondas y el pitidito que hace para avisar me está poniendo de los nervios. Me bebo la leche de un trago y me mentalizo para la ducha que me voy a dar.

No soy mucho de duchas matutinas.

Ni me molesto en secarme el pelo, no me gusta, y mientras me voy vistiendo pienso en cómo será el día de hoy, si me esperará alguna sorpresa. Ya voy por los zapatos, y mientras tanto, suena en mi iPod  A Thousand Years, y me sumerjo en sus notas.

Son las 9:30. Bien. Voy bien. Preparo la mochila con los patines, los conos y los protectores. Todo en orden. Miro el móvil para ver si hay algún WhatsApp, y me quedo más tranquila al ver que no es así.

Cojo las llaves y abro la puerta, esperando no hacer mucho ruido para no despertar a mi madre. Cruzo la puerta con el pensamiento de que me queda todo un verano para hacer lo que quiera con las personas que quiero. ¡Qué ganas!

Pero al segundo vuelvo a la realidad, No es así. Durante cuatro semanas -Repito CUATRO- me va a faltar una de las personas que más me importa y quiero: mi mejor amiga. Solo la tengo durante dos días aquí y después cruzará el charco para volver a mitad del verano.

Espero aprovechar este día que voy a pasar con ella, además de todos los que lleguen cuando la vuelva a tener a mi lado. Hoy es un día corriente. Puede pasar de todo y en realidad no pasar nada, o puede no pasar nada y que de verdad pase de todo.





24 de junio de 2013

De luto por un libro.

Imposible leerme un libro inmediatamente después de acabar otro. Simplemente no puedo. Y más si es el final de una saga o trilogía que me ha encantado.

Los personajes, la historia en sí misma sigue dando vueltas en mi cabeza durante unos días, y todavía no acabo de asimilar que ese libro que tanto me ha enganchado, con el que he sentido que vivía cada una de las páginas que contiene, haya puesto punto y final a la historia.  

Son sentimientos contradictorios; quiero empezar un libro nuevo para poder sumergirme en sus páginas, pero a la vez no puedo porque sigo pensando en la historia del anterior. ¿Extraño, no? No sé si a ti también te pasa, pero si es así me alegro porque creo que a todos los lectores que sienten la lectura les pasa eso.

Es curioso cómo un libro te hace abstraerte de la realidad de tal manera hasta el punto de querer vivir dicha historia y llegar a sentir un gran vacío cuando esa historia llega a su fin. 

Nunca estarás contento con el final, porque siempre querrás saber más acerca de esos personajes que de alguna manera ya forman parte de ti. ¿A ti no te ha pasado? Bueno, supongo que es cuestión de encontrar el libro adecuado para cada persona.




19 de junio de 2013

Dos niños, una promesa y un pequeño parquecillo.

Esta es la historia de dos niños, que se encontraron por casualidad un día en un parquecillo escondido. Y desde entonces todos los días juegan juntos.

Esta es la historia de dos niños, que todos los días juegan juntos en el mismo parquecillo. Y jugaron y jugaron y jugaron, hasta que vino la regañina de sus madres. Y aun así, siguieron jugando.

Esta es la historia de dos niños, que jugaron jugaron y jugaron, hasta cansarse. Y aun cansados, seguían jugando.

Esta es la historia de dos niños, que jugando se prometieron ser amigos para siempre, y que si algún día se perdían se encontrarían el uno al otro. Y jugando jugando y jugando, dieron validez a esa promesa.

Esta es la historia de dos niños, que se pusieron tristes porque uno de ellos se tendría que ir y no volver al pequeño parquecillo. Y con miradas tristes tristes y tristes, pasaron todo el día juntos.

Esta es la historia de dos niños, que fueron felices un último día, jugando en el parquecillo que los vio encontrarse. Y cuando cansados de jugar vino la regañina, se dijeron "Hasta pronto" con la mano.

Esta es la historia de dos niños, que crecieron crecieron y crecieron, hasta hacerse mayores. Y la promesa que se hicieron, quedó olvidada en lo profundo de sus corazones.

Esta es la historia de dos niños, que ya mayores, se recordaban el uno al otro sin atreverse a volver al pequeño parquecillo y cumplir la promesa.

Esta es la historia de dos niños, que de adultos formaron sus propias familias, sin acordarse apenas el uno del otro.

Esta es la historia de dos niños, que pasados treinta años, volvieron al pequeño parquecillo con sus hijos para que ellos jugaran en el lugar donde ellos jugaron jugaron y jugaron.

Esta es la historia de dos niños, que con el tiempo, sin quererlo ni pedirlo, pasados treinta años cumplieron la promesa que hace tanto se prometieron cumplir, y el pequeño parquecillo fue testigo de ese reencuentro.


14 de junio de 2013

Un encuentro casual.

Me desato los cordones, primero una zapatilla y después la otra. Hace un buen día, de esos en los que hay buena temperatura y hace un sol espléndido. Me encanta venir todas las tardes a este parque a patinar, hay poca gente y está bastante bien.

Saco los patines y, antes de ponérmelos, me coloco las rodilleras. Mientras me estoy poniendo los patines, levanto la cabeza y me encuentro a tres chicos pasando justo por delante de mí. Al unísono, los tres se giran y se quedan mirándome fijamente. uno de ellos, el que va en patines, me guiña un ojo mientras los tres pasan por mi lado. Yo me quedo atónita, aunque parece que la cara que pongo les hace reír.

Termino de ponerme los patines y me levanto. Ya sé a qué sitio ir. Es una pequeña plazoleta, en la que los pocos patinadores que venimos por aquí nos dedicamos a practicar piruetas. A muchos los conozco, más de una vez me han enseñado trucos e incluso a veces hacemos competiciones. A otros pocos solo los conozco de vista, y a alguno que otro le saludo cuando pasa por mi lado.

Hoy hay más gente de lo normal, aunque la mayoría son padres con sus hijos, y veo poca gente conocida. Decido empezar a practicar movimientos hacia atrás, yendo con cuidado para no llevarme a ningún niño con cuidado. Aunque lo veo un poco difícil, ya se me han cruzado tres y el último casi me tira.

Paso, voy a parar un poco a ver si esto se despeja de enanos. En este descanso improvisado, me dirijo hacia la fuente de agua que tengo a unos cien metros de mí para rellenar mi botella de agua y de paso refrescarme.

De repente oigo un ruido a mi derecha y por el rabillo del ojo veo una pequeña sombra rosa y al cabo de un segundo... ¡PUM! Me encuentro en el suelo, con magulladuras en los brazos y tengo encima a una niña de unos diez años. Está llorando a pesar de que he sido yo la que se ha llevado la peor parte ya que me he golpeado la cabeza.

Me llevo la mano a la zona donde me dado el golpe, y compruebo que no me he hecho sangre. Después me encargo de la niña que tengo llorando encima de mí. Observo que se abraza la rodilla. Ella, al contrario que yo, sí se ha hecho sangre aunque solo es un pequeño raspón.

Intento tranquilizarla y saco de mi mochila el paquete de clinex, y con  el agua le limpio la herida. Poco a poca la niña se va calmando y, sin levantar la vista de ella, escucho a alguien correr hacia nosotros.

-¡Lucía! ¿Estás bien? Te he dicho mil veces que tengas más cuidado cuando vas con el monopatín.- La persona que acababa de acercarse a nosotras coge a la niña y le sacude la arena que tiene en su pequeña falda color rosa.

Levanto la vista y me encuentro con un muchacho de mi edad, puede que un año o dos mayor que yo, con el pelo rubio corto y unos brillantes ojos verdes. Después de un rato, el chico deja a Lucía en el suelo y se fija en mí. Parece sorprendido. Tras un momento, me dice:

-Caramba, lo siento mucho. ¿Te encuentras bien? Perdona a mi hermana pequeña, todavía no controla muy bien el monopatín.- Me ofrece la mano y me ayuda a ponerme de pie. con los patines somos de la misma altura, con lo cual es bastante alto.

-No pasa nada, estoy perfectamente.- Consigo decir. Él dirige una mirada hacia el raspón que tengo en el brazo y yo oculto mi brazo detrás de mí.- En serio, estoy bien.- Su mirada hace que me sonroje.

-Hey hermanita - Dice, agachándose para hablar con la niña.- ¿Por qué no vas a donde mamá para que te limpie esa rodilla?.- La niña, con un pequeño chillido, sale corriendo en una dirección en la que no presto mucha atención.-Venga, déjame compensarte por la caída.- dice, dirigiéndose ya a mí.

-Mmmmm bueno, yo creo que si me invitas a un helado dejamos todo zanjado.- Sonrío. Y él me sonríe. Dios me encanta su sonrisa.

-Por cierto, no sé tu nombre.

-Primero invítame al helado y después intercambiamos nombres, ¿te parece?

Por toda respuesta, sonríe y me guiña un ojo. Y no sé por qué, pero presiento que ese es el primero de muchos.




Ser perfecto en un mundo imperfecto.

Cómo me gustaría que el mundo volviera a ser cursi. No como ahora, que nos creemos mayores antes de tiempo. ¿Nunca has tenido la sensación de que querrías vivir otra época? Yo sí, mil veces. Ahora todo va mecanizado, no hay sentimiento. Los "te quiero" se dicen sin pensar y al menor problema todo se viene a bajo.

Te llaman "santurrona" o "monja" por querer esperar a la persona adecuada, aunque para ello tengas que esperar más que ellos. Llaman raro a todo aquel que no sigue las modas, que hace lo que le gusta sin pensar en el "qué dirán".

Automáticamente te marginan por no ser como ellos. Simplemente me hubiera gustado nacer en otro tiempo, donde las cosas se hagan despacio y bien.

Ahora cuenta más la apariencia física que el intelecto, y se valora más a un cuerpo bonito que una personalidad interesante. Las palabras duelen como cuchillas y siempre es preferible tener una mentira en la boca y por ello caerle bien a todo el mundo, que decir lo que realmente uno piensa y ser rechazado. Lo que hace el grupo impera, y si te niegas a hacerlo, ya te puedes despedir de ser aceptado.

Te critican por todo y te juzgan por nada. Hablan más de la cuenta, sin saber nada más de lo que susurran los rumores, a pesar de que la realidad que ha debajo de ellos sea completamente diferente.

Da igual cómo seas, de cualquier forma te van a criticar sí o sí. Porque nunca serás los suficientemente perfecto para este mundo imperfecto.

18 de mayo de 2013

La vida es mucho más interesante en mi cabeza

Voy caminando por la acera, con la mirada perdida en algún punto más allá de mis pies. Oigo ligeramente el ruido del tráfico al otro lado de mis cascos, y por el rabillo del ojo soy capaz de ver difuminadas siluetas de lo que  sé que son coches. La gente va y viene de un lado para otro, absorta en sus pensamientos, sin preocuparse de aquel que pasa por su lado.

A veces me gusta imaginar la vida de esas personas, desconocidos a los que lo más probable es que no vuelva a ver. Es divertido imaginar de donde vienen y a donde van esas personas, qué clase de vida tienen, qué trabajo u ocupación... A veces mi mente se imagina las cosas más estrafalarias.

Veo a una señora pasar a la acera de enfrente y no puedo evitar pensar "esa parece Effie Trinket". Sí, ya lo sé, pero me encanta leer. Una paloma pasa por encima de mi y divago hasta tal punto que me imagino que es un gran dragón dorado en cuyas escamas se refleja la luz de tres grandes soles. Tres, no uno.
Odio mi vida. Bueno, no es mi vida, es esta absurda realidad la que odio. ¿Qué tiene de divertido una realidad basada e la rutina?

Lo que me gustaría vivir entre las páginas de un libro. Pero qué se le va a hacer, no se puede. Aun así tengo mi imaginación, cosa que no pueden decir muchos. Veo a un chico delante de mí, me recuerda mucho a alguien pero no consigo recordar a quien. ¡Espera, ya me acuerdo! ¡Es Jon Nieve!

Mi frikismo no conoce límites.
Y a decir verdad, soy de esas personas que prefieren una historia de libro a una de película.

Hay un grupito de chicas, todas vestidas identicamente igual, que me miran con cara rara. Y ahora empiezan a cuhichear, también me miran de arriba a abajo. Hago yo lo mismo y me una chica con pantalones cortos, deportivas, y una camiseta de "El Señor de los Anillos". Normal que me miren raro, soy completamente opuesta a sus tacones y minifaldas ajustadas.

Paso por su lado y oigo que una murmura «friki». Ni que fuera un insulto. Pero en mi mundo ellas serían las malvadas, y no me importaría que ahora mismo un shek se las llevara.
La gente normal, qué rara es.


2 de mayo de 2013

Desbloquear pantalla

Desbloquear pantalla. Reproductor de Música. Seleccionar canción. Poner cascos. Subir volumen. Y adiós mundo.

Quiero llorar, pero las lágrimas no salen. Quiero reír por pura frustración, pero la risa no llega. Quiero pegar por esta impotencia que siento, pero mi fuerza se esfuma. Solo oigo la música retumbando por todo mi ser y eso me gusta. Por un momento siento que todos los problemas, todas las preocupaciones, todo ese agobio que es la realidad desaparece. Se esfuma.

Me gustaría poder sentirme así siempre, pero sé que eso es imposible. Siempre habrá esos momentos de bajón en los que no te apetece hacer nada, que te agobias por todo, y no sabes por qué. Simplemente estás cansada de todo.

Y ahí está, la música, que es la única que en esos momentos te entiende con sus canciones y sus letras. bueno, la verdad es que la música siempre está en las buenas y en las malas. Lástima que no se pueda decir lo mismo de ciertas personas.

No sé cómo lo hago pero al final consigo que se deslicen unas cuantas lágrimas por mi rostro. Ya ni me acuerdo de por qué tenía ganas de llorar. Solo lloro, porque sí. pero quiero que ese llanto acabe en risa. No lo logro.

Cambio de canción. Ya he escuchado suficientes baladas tristes. No merece la pena seguir llorando, ni me acuerdo del por qué pero seguro que era una tontería. Ahora toca dar paso a canciones alegres,de esas que te animan el día y te dan ganas de bailar hasta quedarte sin aliento.

Una vez por ahí leí que solo se llora por algo importante unos quince minutos, si te tiras llorando más tiempo, es innecesario. Y como yo ya llevo veinte minutos, he decidido parar.
No todos los males duran para siempre.


15 de marzo de 2013

Es duro crecer, ¿verdad?

—Es duro crecer, ¿verdad?—me preguntó el niño de pelo rizado. Apenas tenía seis años y ya pensaba en como era crecer.—Eo, ¿es duro?—dijo tirándome del polo, tratando de llamar mi atención de nuevo.
Estábamos en el patio del colegio, a punto de entrar a clase. Yo ya llegaba tarde, ¿por qué me había parado a hablar con este niño?
—Pues... No lo sé—respondí, sin saber muy bien qué decir.
Subí corriendo las escaleras, dejando atrás al niño de pelo rizado con la boca abierta, a punto de formular otra pregunta.

La verdad es que esa pregunta no paraba de resonar en mi cabeza hasta que llegué a mi clase. La puerta cerrada. Sé perfectamente lo que me va a decir la profesora.
«Otra vez llegando tarde, señorita, así vamos mal»
—Otra vez llegando tarde, señorita, así vamos mal—. Tan predecible como siempre.
Ni me digné en responderla y fui derecha a mi sitio. me senté e intenté prestar atención a lo que estaba diciendo la profesora que peor me caía, pero no había forma. Mi cabeza seguía dando vueltas a la dichosa preguntita:  «Es duro crecer, ¿verdad?». ¿Lo era? tal vez ya había crecido y no me he dado cuenta, o todavía no lo he hecho y no sé responder a esa pregunta.

Bueno, a lo mejor no es para tanto, solo es cuestión de adaptarse a otro cambio más. Pero esa pregunta me ha calado hondo. no estoy tan lejos de crecer, ya voy teniendo más responsabilidades, la vida ya no es un juego. todo es más fácil cuando eres un moco, sí, un renacuajo. Solo te tienes que preocupar de llegar el primero a la fila y de si había macarrones para comer en casa, en vez de lentejas. Se echa de menos esas pequeñas y únicas "preocupaciones", pero nada dura para siempre.

A lo tonto me he tirado toda la mañana dándole vueltas a este tema, para luego no sacar nada claro. Pero es que no puedo parar de pensar en ello. Veo a mis amigos y pienso: ¿habrán crecido mucho?¿habrán madurado, o en el fondo seguirán siendo esos niños con los que jugaba? Es difícil decirlo, a lo mejor yo también he crecido con ellos. Pero tampoco puedo evitar pensar en... ¿cuántos de ellos se quedarán conmigo hasta el final? ¿cuántos se irán? ¿y quienes serán los que se queden? Serán pocos, lo tengo claro, solo espero que se queden los que de verdad les importe yo. Y de algún modo sé que es así.

Algunas de mis amistades actuales empezaron hace años con un "¿quieres ser mi amigo?". Otras, empezaron con breves conversaciones en clase, en el patio o en el pasillo. Pocas son de verdad. Ahora me lo replanteo, de peque no tenía ese problema.

Supongo que eso es crecer, tener más preocupaciones. De alguna manera crecer es algo duro, pero tarde o temprano acaba pasando.



9 de febrero de 2013

Me enamoré de una silueta

Y aquí estoy. A la misma hora, el mismo día, en la misma habitación de siempre. Como cada tarde, empiezo a tocar la misma melodía de siempre, esa que están especial. me gusta acelerar el tempo, retrasarlo, cambiar alguna nota aquí, alguna por allá... bajo estas cuatro paredes me siento a gusto, vivo.

Bueno, en realidad son tres paredes, porque la cuarta la sustituye un cristal al que le han dado una capa de pintura. como si así llegara a ser una pared. dejé de buscarle sentido a ese cristal hace mucho tiempo, siempre ha estado ahí.

Este es mi pequeño rincón, algo que he acabado haciendo mío. Yo, el piano, el polvo acumulándose en las esquinas, esa pared de cristal con una mano de pintura blanca y... la chica que ha detrás de él. Es lo bueno del cristal-pared, es lo suficientemente cristalino para poder intuir lo que hay detrás. Y como cada tarde, es ella la que está detrás.

Ella no toca el piano, ni la guitarra, ella solo baila. y es lo más bello que he podido contemplar. A veces pienso que baila por mí. Para mí. Porque siempre está todas las tardes, a la misma hora, tras el mismo cristal de siempre. Creo que se convirtió en la única razón por la que seguir viniendo aquí. se convirtió en la razón por la que sigo tocando.

Todas las tardes la encuentro calentando, siempre está antes de que llegue yo. Y todas las tardes como un tonto observo su silueta, estirando los pies, la espalda. Ella inspiró la primera canción que compuse, con sus vueltas, sus saltos y sus movimientos de brazos. Verla bailar es lo más bonito y dulce que puede haber.
Transmite tranquilidad. Siempre se va antes de que lo haga yo, pero nunca me atrevo a salir de la habitación y decir un simple "Hola". Me paralizan las preguntas.

¿Me verá ella también? ¿sabrá que soy yo el que toca esas canciones? ¿sabrá que existo? Me conozco de memoria sus movimientos, sus pasos... Me gusta verla moverse con cada nota mía, hace que ese momento sea especial.

Hace que siga queriendo tocar esa melodía una y otra vez, hasta que se dé cuenta de lo importante que es para mí. Sé que si la viera por la calle, sabría que es ella por su forma de moverse. Pero ella ni siquiera sabría quien soy yo. No me imagino lo que es estar en frente suya, creo que me quedaría bloqueado por su mirada. Una mirada que no sé cómo es.

No sé su nombre, pero de alguna forma sé que pronunciado en mis labios debe de sonar como el más bonito del mundo. No sé cómo es el sonido de su voz, pero escuchada en mis oídos debe de parecer la melodía más dulce que pudiera oír.
Y seguirá siendo así, sin poder saber su nombre, ni el sonido de su voz, ni cómo es su mirada, porque soy demasiado cobarde como a atreverme a pasar a la habitación de al lado. Solo nos separa un cristal mal pintado.

Me enamoré de unos brazos que jamás rodearé. De unos pasos de baile. Del movimiento de unos pies. Me enamoré de una silueta. Pero con esto me conformo, con poder verla bailar a través de un cristal. Llamándola "ella", soñando con algo que nunca será ¿o sí?


31 de enero de 2013

Tarde de lectura

Pequeñas gotas de agua salpican los cristales de mi ventana. Llueve. Es un sonido suave, pausado, de esos que si cierras los ojos un segundo más de lo que deberías, te duermes. Las tardes lluviosas son las mejores, hay a quien no le gustan pero a mí me encantan.

Dicen que no puedes hacer nada productivo, que no tienes más remedio que quedarte en casa, encerrado y sin hacer nada. Se pueden hacer infinidad de cosas en una tarde como esta, puedes viajar. Porque en los días de lluvia hay un bonito sonido de fondo para leer.

Sí, has leído bien. He dicho leer, pero antes he dicho viajar. Ya, claro, pero para mí es lo mismo. Puedo ir a donde yo quiera solo pasando las páginas de un libro, o vivir las historias que a mí me de la gana, ser el protagonista de la aventura que quiera, y solo tengo que mover los dedos para pasar a la siguiente página y continuar el camino.

Soy incapaz de comprender cómo es que hay gente a la que no le gusta leer. "Vaya pérdida de tiempo, si quieres viajar, cómprate un billete de avión". Yo he viajado a más lugares con un libro que ellos con un billete de avión, y me ha salido más rentable. Cómo a estas alturas no te hayas dado cuenta de que me paso la vida entre páginas, yo que tú me replantearía eso de "ser inteligente".

Me gusta ese olor a libro que desprenden las páginas al pasarlas, esa pastosidad en la boca cuando ya llevas tiempo leyendo, como si te acabaras de despertar. Y odio que cuando estoy con un libro me llamen. Estoy leyendo. En este momento ni tu ni la realidad existís para mí, ni siquiera te oigo. Pero da igual, la gente te sigue llamando.

Mmm... Alguien debería crear un cartel que ponga: PELIGRO, PERSONA LEYENDO, NO LE HABLES PORQUE NO TE VA A HACER CASO.
Yo lo compraría.

Leer. ¿qué es leer? Muy sencillo. Leer es una vía de escape cuando todo se derrumba, leer es viajar a donde tú quieras sin moverte del sofá, leer es vivir lo que nunca vivirás en la vida real. Porque leer es soñar, pero a la vez es estar más despierto que nunca. Y es que es eso: leer es soñar con los ojos abiertos.



20 de enero de 2013

La hora de la función

Nervios.

Esa sensación que te recorre por toda la espalda. Que hace que tus manos se vuelvan sudorosas, y que tus rodillas se replanteen mantenerte en pie. Esos nervios que son tan traicioneros, que hacen que ciertas palabras no quieran salir de tu boca, o que tu mente se quede en blanco en un examen. O que te hace olvidar todo lo ensayado durante un año el día del estreno.

Lo que me está pasando justo a mí.
Justo hoy.

Llevo todo un año esperando este momento, y como me temía, queda un minuto para que salga a bailar y estoy bloqueada. Me encuentro detrás del escenario, donde todo el mundo está de aquí para allá, retocando el vestuario, buscando a otras bailarinas que tienen que salir a escena en cero coma. Ultimando los últimos adornos del vestuario, comprobando si el peinado está en su sitio.

Hay algunas chicas maquillándose, otras simplemente repasando los pasos. Siento que mi cerebro por fin se coordina con mi cuerpo e intento imitarlas. Bien, parece que ya me acuerdo de los pasos. No, espera. No recuerdo los últimos pasos del baile. ¿Y ahora qué hago? ¿y si me equivoco? ¿y si me caigo? ¿y si me quedo en blanco en medio del escenario? ¿y si...?

Sacudo la cabeza intentando que todas esas preguntas y dudas desaparezcan. Si mucho éxito. Me muevo en círculos para intentar calmarme. Funciona... A medias. Empiezo a agobiarme, la pieza que está sonando está a punto de acabar, lo que significa que pronto llegará la hora en que tenga que salir.

Es ahora o nada.

Ya empiezo a hiperventilar, y el corazón me va a mil por hora. Siento la cara ardiendo, estoy segura de que parece un tomate. Se acaba la música. Empiezan los aplausos. Y con ellos vuelve mi bloqueo.

Cesan los aplausos, y las primeras notas de mi pieza comienzan a sonar.
Es hora de salir al escenario.



11 de enero de 2013

¿Cómo ser valiente?

Noto ese escozor tan familiar en los ojos, las lagrimas quieren salir. Pero no salen.

Estoy recostada en la cama, de lado, y lo unico que oigo son los latidos de mi corazón. Parece que esta noche quiere salir de mi pecho.

Las lágrimas siguen ahí, detrás de mis párpados, pero no consigo hacerlas salir. Siento inmensa tristeza que empieza a salir de lo más profundo de mi ser y se extiende por mi cuerpo como si de agua se tratase. El traqueteo de mi corazon retumba dentro de mis timpanos y de momento solo oigo eso.

Quiero gritar, gritarle al mundo que no soy la chica tan valiente que todos creen. Que cuando ven que sigo con mis bromas y mis tonterías es para no hundirme mas. Que cada día me muero de preocupación por lo que pueda pasarle. Que me derrumbo por momentos cuando tengo que ser fuerte.

No soy infantil, al contrario, soy muy consciente de lo que está pasando. Me comporto asi porque de esa manera es mas fácil para mi afrontarlo, y menos duro para ellos. Tengo que parecer la niña dulce y despreocupada de siempre, asi da la sensación de que todo va bien.

Aunque me esté rompiendo por dentro.


2 de enero de 2013

La Primera vez que se jugó al escondite


Encontré esta historia por las redes  sociales y me gustó tanto que he decido subirla.

La primera vez que se jugó al escondite.


Cuentan que una vez, se reunieron en un lugar de la Tierra todos los sentimientos y cualidades de los hombres. Cuando el aburrimiento había bostezado por tercera vez, la locura, como siempre tan loca, les propuso:

— ¿Jugamos al escondite?

La intriga levantó las cejas intrigada y la curiosidad, sin poder contenerse, preguntó:

— ¿Al escondite? ¿Y como es eso?

— Es un juego,—explicó la locura,— en el que yo me tapo la cara y comienzo a contar de uno hasta un millón mientras vosotros os escondéis y cuando yo haya terminado de contar, el primero de vosotros al que encuentre ocupará mi lugar para continuar el juego.

El entusiasmo bailó secundado por la euforia, la alegría dio tantos saltos que terminó por convencer a la duda, e incluso a la apatía, a la que nunca le interesaba nada. Pero no todos quisieron participar: La verdad prefirió no esconderse, ¿para qué?, si al final siempre la encontraban; y la soberbia opinó que era un juego muy tonto pero en el fondo lo que le molestaba era que la idea no hubiese sido suya; y la cobardía, la cobardía prefirió no arriesgarse.

—Uno, dos, tres,...—. Comenzó a contar la locura.

La primera en esconderse fue la pereza que, como siempre, se dejó caer tras la primera piedra del camino. La fe subió al cielo y la envidia se escondió tras la sombra del triunfo que, con su propio esfuerzo, había logrado subir a la copa del árbol más alto.

La generosidad casi no alcanzaba a esconderse, cada sitio que hallaba le parecía maravilloso (para alguno de sus amigos): que si un lago cristalino, ideal para la belleza; que si la rendija de un árbol  perfecto para la timidez; que si el vuelo de una mariposa, lo mejor para la voluptuosidad; que si una ráfaga de viento, magnífico para la libertad. Así que terminó por ocultarse en un rayito de sol.

El egoísmo  en cambio, encontró un sitio muy bueno. Desde el principio lo encontró ventilado, cómodo, eso si, solo para él.

La mentira se escondió en el fondo de los océanos  ¡Mentira! En realidad se escondió detrás del Arco Iris. Y la pasión y el deseo en el centro de los volcanes. El olvido... se me olvidó donde se escondió, pero bueno eso no es lo importante.

Cuando la locura contaba novecientos noventa y nueve mil novecientos noventa y nueve el amor aún no había encontrado sitio para esconderse pues todo se encontraba ocupado. Hasta que divisó un rosal, y enternecido, decidió esconderse entre sus flores.

— ¡¡Un millón !!— Contó la locura. Y comenzó a buscar. La primera en aparecer fue la pereza, solo a tres pasos de la piedra. Después se escuchó a la fe discutiendo con Dios en el cielo sobre zoología, y a la pasión y al deseo los sintió en el vibrar de los volcanes. En un descuido encontró a la envidia y, claro, pudo deducir donde estaba el triunfo. Al egoísmo no tuvo ni que buscarlo, él solito salió disparado de su escondite, que había resultado ser un nido de avispas.

De tanto caminar sintió sed, y al acercarse al lago, descubrió a la belleza.

Y con la duda resultó ser más fácil todavía, pues la encontró sentada sobre una cerca sin decidir aún de qué lado esconderse. Así fue encontrando a todos: el talento entre la hierba fresca; la angustia en una oscura cueva; la mentira detrás de El Arco Iris, ¡mentira!, si ya estaba en el fondo del océano; y hasta al olvido, al que ya se le había olvidado que estaba jugando al escondite.

Pero el amor no aparecía por ningún sitio. La locura buscó detrás de cada árbol, bajo cada arroyuelo del planeta, en la cima de las montañas, y cuando iba a darse por vencida, divisó un rosal y sus rosas.

Tomó una rama y comenzó a moverla cuando de pronto un doloroso grito se escuchó. Las espinas habían herido en los ojos al amor. La locura no sabía qué hacer para disculparse: lloró, rogó, le pidió perdón y hasta prometió ser su lazarillo.

Desde entonces, desde que por primera vez se jugó al escondite en la Tierra, el amor es ciego y la locura siempre lo acompaña.